sábado, 6 de mayo de 2017

2º Pecado: No Necesito Eso

     Piernas cortas y regordetas andando sobre la grama verde bajo un sol intenso, y bajo nubes que prometen lluvias, pero no hacen más que deslizarse en un mismo sentido hasta desaparecer. Zapatos pequeños cubriendo pies calientes que permanecen corriendo aunque estén cansados.

     En el patio del Jardín de Infancia solo ves niños correr, reír, saltar, gritar, pero no dejan de andar de aquí para allá buscando lo que necesitan. Yo sigo sentada, castigada, como de costumbre. Por qué fue que me mandaron al rincón del castigo? Ya no recuerdo. Pero, creo que ayer fue por pegarle a Daniel con mi cartuchera rosada repleta de colores de madera en la cabeza, por estropearme el dibujo de mamá. Si, ayer mi pequeño pero despierto cerebro se dio cuenta de que las cosas sí pasan como en las comiquitas. El juez, o el que tiene la ultima palabra, llega en el momento en que el bueno hace algo para defenderse y queda como el malo. Entonces, me quedo a ver la tv con más atención para enterarme de cómo salen los buenos de esa confusión que hubo en ese episodio. Es fácil cambiar de papel en una escena, supongo. Difícil es que los demás vean la verdad. Tu verdad.

     Hace un día soleado, y hoy, soy la mala. Si, igual que ayer. Pero cuando fui la buena, creo que el dia de las madres, senti feo. Frente a mi, se encontraba mi compota derramada sobre mi libro y las manos de mi amiga Carol sobre el desastre. Ella tratando de esconder las manos antes de que llegara la maestra a ver cual era el alboroto, acompañaba a los demás con sus risas tímidas sin mirarme a los ojos. Horrendo momento.

     De repente, parecía que mi cuerpo era demasiado pequeño, que había sido demasiado vacío hasta ese momento. Inconscientemente note como mi pequeño y vacío cuerpo se llenaba de algo caliente y sucio. Mi mente de pronto se transportó hacia los momentos en casa. Pensé en mi padre cuando mamá llega tarde a casa. Recordé las muchas palabras que dice cuando está enojado. Cosas que los niños no pueden decir porque se vuelven niños malos y, el loco, el diablo y el coco se llevan a los niños malos.

     En ese instante, cuando estaba llena de todos esas emociones, quise hacer muchas cosas malas, y decir cosas peores. Y entendí porqué mamá me grita cuando rompo algo. Es difícil controlar tanto desconcierto. Pero yo me quede allí en el escritorio confundida, sorprendida, triste y molesta. Cómo se puede sentir tantas cosas juntas?

   De pie, con mi sillita detrás, estuve viendo como se reían del desastre en frente de mi. El sentimiento caliente y seco no cabía ya, y apreté mis dientes, pero también todo el cuerpo porque ya no podía mantener todo eso adentro. Y exploté. Respire por fin y abrí mi boca para soltar un gritico ahogado. En aquel momento supe, que no siempre se llora por tristeza. A veces, es para vaciar eso, el "te odio" como dice mi mama a mi papa. Y es que el "te odio" cuando sale del cuerpo en explosión, cuando no dices ni haces nada de lo que te pide, sale en forma de lagrimas. El cuerpo lo drena como sustancia tibia en una considerable cantidad. También, te deja muchas ganas de irte a casa, y de que ese dia no existiera, que fuera un mal sueño y nada más. Era mi libro de lectura. No es mas que un libro, pensé por un momento, pero es mio, por eso me duele.

     Ese dia, como era de esperarse, Carol se quedó en el rincón. Yo no demore mucho en aburrirme durante el recreo. Sin pensarlo mucho me acerqué, porque también quería estar en el rincón. Supongo que no quería jugar. El subi-baja no servía sin Carol, porque ella era de mi tamaño, así que pesaba lo mismo que yo y eso hacia la subida, y la bajada perfecta. Ademas, quien que no fuera ella, sabía jugar al tobogán sonoro? Ni Megan, ni Leslie comprendían lo divertido que era montarse en el columpio entre dos aunque fuera incómodo. Pero, sobre todo, yo me quería disculpar por haber sentido cosas feas hacia ella. Así que me quede allí en el rincón. Carol me miro taciturna, yo le sonreí sin prejuicios y, ella tambien me sonrió, entonces empezamos a reír sin motivos. Le di de mi galleta sin timidez alguna y ella, tomándola con alegría, echo un vistazo a ver si habia adultos mirando. Al darse cuenta de que todos estaban distraídos, se metió la galleta de un solo golpe, como relámpago, formando una gran boca de pato con sus mejillas abultadas. Me rei mas, y comí mi galleta imitandola. 

     Cuando sonó el timbre todos subimos corriendo al salon verde. Y cuando llegamos arriba vi que estábamos agarradas de manos. Era la primera vez que me tomaba sin un porquè. Me quede pensando y me apretó la mano, despertandome de porrazo y me llevó halada a su locker. Lo abrio con rapidez y yo me apartè un poco. Estuvo ahí buscando algo y yo lance una mirada al rededor. La maestra podía regañarnos por no estar en el escritorio con los demás. En seguida le halé la camisita amarilla para que se apurara, y de un brinco se dio la vuelta. Sin previo aviso muy sonriente me puso algo rosado y reluciente en las manos. Lo miré atónita. Le di la vuelta tratando de entender; otra vuelta y otra más hasta que lo abrí. Era su libro de lectura, ya lo sabia, siempre me gusto porque está cubierto con un papel de Hello Kitty. Recuerdo que la primera vez que lo vi pensé en que nunca había visto un papel tan bonito. Pero aun no entendia que queria que viera en él. La miré preguntándome qué significaba eso mientras le entregaba el libro encogiendome de hombros. Ella negó con la cabeza y me empujo con él hasta que toco mi pecho y sonrió. Rápidamente me sujetó la mano otra vez y nos fuimos corriendo hasta el escritorio. Yo tomé el librito con fuerza y la seguí sin mucho esfuerzo, y con el corazón latiendome muy deprisa. Nos sentamos antes de que la maestra terminara de entrar al salón y sin aviso alguno empezamos a reírnos de Miguel, que siempre tenía el mono más abajo de lo normal cuando se sentaba, dejando ver un lunar muy personal.

     Después de un rato de hacer actividades, sonreí en silencio cuando note que aun tenía el libro de Carol en mi regazo. Mi cuerpo ya no estaba vacío, ni tampoco pesado por emociones grotescas. Rebosaba ahora de flores blancas, rosadas, amarillas y naranjas jugueteando dentro de él. Estaba lleno, hasta el punto que pensé que iba a explotar. Y sí, entonces exploté, pero de risa. Solo estruendos silenciosos y gritícos emocionados por las ganas de saltar que sentía. Carol que estaba al frente no hacia mas que poner caras raras y cómicas como para matarme a carcajadas.
Ese dia fue diferente.  Yo entiendo ahora algunas cosas que los adultos no te dicen.

     Hoy en el rincón del castigo, estoy comiendo galletas escondida, como de costumbre. Con interés observo como todos van buscando lo que necesitan en el parque para ser felices durante el tiempo libre y, escuchando las risotadas de ella, mi amiga, que me hace voltear justo en el momento en que pone su cara de pato habitual con montones de galleticas hechas migajas en la boca, entiendo que es lo que yo busco para ser feliz.

    Se muy bien que estoy castigada, pero no estoy triste. Imagino que se puede encontrar felicidad también en malos momentos. Eso tampoco te lo enseñan los adultos. Entonces permanezco viendo hacia el patio de verde grama artificial y atracciones coloridas. Observo a los niños, se ríen y juegan. Algunos se ríen de mi balanceándose en el columpio. Pero no importa. Yo, por otra parte, me rió mas aun de todos ellos; del parque, del columpio, del tobogán, y del subi-baja rojo. Y estoy bien. Justo ahora no necesito más de lo que ya tengo.

Hay más libros en el mundo. Tambien hay mas parques, pero no existe una Carol como la mía.


                      Resultado de imagen para Niñas tomadas de la mano blanco y negro

"Aquel que busca un amigo sin errores, nunca tendrá uno"
-Dicho Hasídico




3° Pecado: San Valentin

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